Mi vecino me acaba de proferir que manana volverá pronto ya que su último cargo en la ceremonia resulta el desplazamineto de butacas. De un modo o de otro, se parece a los cambios en el pelotуn de Fуrmula Uno tras salir de la parrilla. Pero a mi ver requetehumilde se torce todo un poco más tarde justo al lado de la parrilla, fuerita de la pista, precisamente, en la calle de boxes, el llamado pit lane. A menudo tras una parada bien calculada un piloto llega a trizar a un otro en este "lane", lo que no ha podido hacer en la pista, y aun le arrebata el liderazgo a un ex lider de la carrera. Se ve una convención muy común que el éxito en este deporte es rodando el volante y reprimiendo la aceleradora (y sin menor duda operando el ordenador) mas no es así. ¿Y qué es esto algo que le priva a un piloto de un tнtulo del Sr Mecánico? La respuesta es pensar y acertar con la estrategia tanto como con lo que pasa en vivo, ahora mismo.
Primero, en la salida tanto como durante la primera faccion de la carrera tienes que guardar en memoria el peso del combustible con el cual estas cargado. Siquiera ha de adelantar siquiera ha de intentar mantener su posicion corriente siquiera ha a secas de tener cuenta su principal rival ojeando tus espejos (¡y fichas en el muro!) y escuchando lo que te comunica la jefatura del muro por la team-radio – todo eso se cuelga en la estrategia de tus paradas.
Segundo, si no puedes superar a alguien limpiamente, ¿para qué arriesgarte? Para salir ganando, ¿no? Los pilotos listos te dirían seguro que no sino para marcharse fuera chutandose cómodamente en el muro de neumáticos. En vez de acabar por así, sería mejor que siguieses lamiendo su espóiler trasero esperando su parada. Una vez hecha esa parada, pisa la aceleradora y marca vueltas rápidas una por otra. Tras unos cuantos minutos tú mismo te zambulles en el pit lane, el crew te reposta, cambia tus neumáticos y sal. ¡Vaya estás por delante, tres o cuatro segundos de ventaje! ¡¡Toma!!
Dicho de una manera muy sumaria y superficial acaso, Mijael Schumacher se muestra el puro campeon - si bien derribado - que utilizando todo lo susodicho les sacaba las decimas muy preciosas a sus rivales y, sin lugar a milagro alguno, todo se le iba perfecto!